3 de junio de 2011

Los ancianos

A estos pacientes y a muchos más los llevo tratando veintitres años, son maravillosos, son los que hacen que mi vida tenga sentido. Muchos ya tienen más de 80 años, pero yo los sigo viendo igual, mejor dicho, mejores, con más sabiduría, con más aceptación de la vida. Saben que están en la etapa de la vida donde hay que acabarla bien. A todos les duelen los huesos y sobre todo la falta de cariño que sienten de los demás. A ellos dedico esta página del blog para darles las gracias por el bien que me han hecho.
Siempre creí que moriría joven. Ser abuelo es un lujo, es la alternativa que te da la vida, es llegar a la meta. Muchos no llegan a los 80 porque intentan durante demasiado tiempo quedarse en los 40.Es la etapa de la existencia humana “de la cabalidad de la vida”. El abuelo agradecido disfruta de su dependencia, de volver a ser niño, de vivir la libertad en medio de la esclavitud. Da sentido a lo poco o mucho que hace, sabe soportar sus limitaciones. El abuelo sabe que la vida no se apaga, sino que ha llegado a su cumplimiento. Es verdad que hay abuelos que viven aislados, incomunicados, abandonados. Hay mucha gente que todavía no ha descubierto el potencial de sabiduría, de experiencia y sensibilidad humana y espiritual que el abuelo lleva consigo.
 La ancianidad no ha de concebirse como un periodo de paso sino como una etapa de la existencia humana. Es una manera diferente de estar en la vida. La tarea es realizar la cabalidad de la persona. Sería un fracaso pensar que la ancianidad es la etapa donde la persona se limita a dejarse vivir.
El envejecimiento activo es el proceso por el cual se optimizan las oportunidades de bienestar físico, social y mental  durante la vida con el objetivo de ampliar la esperanza de vida, la productividad y la calidad de vida en la vejez.


 Significa una implicación continua en cuestiones sociales, económicas, espirituales, culturales y cívicas.
La personas mayores enfermas o que tengan limitaciones físicas pueden colaborar activamente con sus familias, sus semejantes, en el ámbito comunitario.

             Se trata de promover el máximo de autonomía posible, de potenciar la propia capacidad para controlar, afrontar y tomar decisiones sobre la vida diaria, de sacarle el mayor y mejor partido posible a la oportunidad de vivir cada día.

            Saber envejecer es la obra maestra de la sabiduría y una de las partes mas difíciles del gran arte de vivir (Henri Frederic Amiel).

            Vieja madera para arder, viejo vino para beber, viejos amigos en quien confiar y viejos autores para leer (Sir Francis Bacon).

            En los ojos de los jóvenes vemos llamas pero en el ojo del viejo vemos la luz (Víctor Hugo).

            La vejez no es tan mala cuando se considera la alternativa (Maurice Chevalier).

                                   Con qué nos encontramos en la actualidad:
Cambios de rol, Muerte del cónyuge Vivir en convivencia


¿Qué más hay que hacer cuando ya se ha hecho todo?
            Ser anciano es poder preguntarse cómo se puede discernir lo que Dios me pide en este momento de mi vida.

Juan Pablo II afirmaba: En una sociedad como la nuestra en la que se rinde culto a la productividad, las personas ancianas corren el peligro de ser consideradas inútiles o mas aún, de ser juzgadas como un peso para los demás

            La Iglesia afirma y con alegría que los ancianos tienen su puesto y su utilidad en la comunidad cristiana (llamados a contribuir  a su progreso con el testimonio, oración e incluso con actividad en la medida de sus posibilidades).
 la Iglesia se ha preocupado por el respeto al valor sagrado de la existencia promoviendo la cultura de la vida, desde la concepción hasta la muerte e inspirando una formación más sensibilizada con el sufrimiento, la marginación y los valores de la vida, así como de la salud
            En el documento de la CEI se afirma la necesidad de redescubrir y valorar el potencial de sabiduría, experiencia, sensibilidad humana y espiritual que el anciano lleva consigo. Y que este pueda transmitir  a los otros.
  Dado el gran crecimiento de la población anciana
 es preciso evangelizar urgentemente.

Objetivos
La iglesia quiere deciros que los ancianos tienen su puesto y utilidad en la comunidad cristiana. Están llamados a contribuir al progreso con su testimonio, oración e incluso con su actividad en la medida de sus posibilidades.

            La Iglesia pide y espera que sepan continuar esa misión apostólica y misionera, que no solo es posible y obligada también a esa edad, sino que esa misma edad la convierte, en cierto modo en específica y original.

            Las personas mayores tienen la oportunidad  de orar, meditar y crecer en la vida espiritual.

             A veces la diversión puede convertirse en un fácil sustituto de estas necesidades.

             Se precisa por tanto que las comunidades eclesiales elaboren de forma organizada y sistemática, la animación pastoral de la tercera edad.

            La preocupación de la pastoral por los ancianos implica ayudarles a descubrir el sentido religioso en su ancianidad.

             El anciano necesita dar una razón al momento que esta viviendo, a su enfermedad, a su sufrimiento y a la muerte para así poder vivir con tranquilidad la situación en que sen encuentra y realizar una lectura de su pasado, sin caer en la vergüenza ni sentir desilusión.

            Se trata de llegar a una reflexión sobre la propia vida que no caiga en reproches ni tristezas y permita mirar serenamente el futuro.

Contenidos:
            La iglesia quiere que os sintáis miembros vocacionados del pueblo del creador

            Que proclaméis la buena noticia de la salvación y de la justicia

            La vivencia del sentido eclesial
            El compartir los bienes de Dios

            Testimoniar que se puede “ver al altísimo por medio del servicio al prójimo.

            No puede olvidarse la Iglesia nunca de aliviar los sufrimientos del anciano

            Acompañar a los que están solos.

             Pero sobre todo a seguir creciendo en la fe.

            La Iglesia quiere que el anciano sea el sujeto y  protagonista de la acción pastoral  ocupando su puesto y su utilidad en la comunidad cristiana, con su testimonio, su oración y su actividad

No consiste en acentuar la actividad, como suele suceder sino en invitar a que cada uno siga las exigencias de la conversión.
Puede ser el momento de escuchar el anuncio cristiano de la salvación realizada en Jesucristo.
Está comprobado que la fe y la oración son la mayor fuente de consuelo en la cotidianidad de los mayores, mucho más que los recuerdos.
  Tenemos que encontrar momentos para la catequesis y la espiritualidad  para profundizar en la fe y crecer en ella.

            La comunidad cristiana debe ser un lugar profético que testimonie una nueva relación con las personas mayores desde una cultura que escuche al anciano.

            La asistencia religiosa de los ancianos asistidos debe cuidarse de modo especial el visitarlos a menudo o bien dando valor a su vida y a sus sufrimientos durante la liturgia e igualmente en los momentos de oración.

Toda la comunidad cristiana se debería comprometer a asistir religiosamente a los ancianos y el voluntariado de orientación cristiana tendría que tomar muy en serio esta responsabilidad. Sería una acción profética contra la cultura consumista que fomenta su invisibilidad.
Desde punto de vista de la Biblia y teológico
A los ancianos y a los cabeza de familia se les reconoce experiencia, sabiduría, verdad, bondad de la persona (Zacarías e Isabel simbolizan la tradición de fe que acoge y espera a Jesús: los dos de edad avanzada.
Simeón y Ana, él justo y piadoso que esperaba la liberación de Israel y el Espíritu Santo le había anunciado que no moriría sin ver al Mesías. Y ella mujer de edad muy avanzada estaba siempre en el templo sirviendo a Dios de noche y día.
La ancianidad merece un gran respeto:
            La consideración que nos enseña la Sagrada Escritura cuando nos habla de Abrahán y Sara; invita a ir al templo a Simeón y Ana para recibir a la sagrada familia; llama sacerdotes a los ancianos, sintetiza el homenaje de toda la creación en la adoración de los 24 ancianos
            “y llama al mismo Dios el Anciano venerable” ( Dan, 7,9-22).
En el NT: Jesús dijo: Yo he venido para que tengan vida y la tengan abundante (Jn10, 10). En la casa de mi padre hay sitio para todos, si no fuera así, os lo habría dicho; voy a prepararos un sitio. Cuando me vaya y os haya preparado el sitio, volveré y os llevaré conmigo, para que, donde yo estoy, estéis también vosotros,( Jn 14, 2s)

            El envejecimiento puede interpretarse como un progreso hacia el Señor, un acercamiento a casa, al objetivo definitivo.
            La vejez no es un apagarse la vida sino su cumplimiento.

            Puede ser dolorosa y fatigosa pero la fe ayuda siempre a que la persona no quiera negar los obstáculos y mire con serenidad las dificultades propias del paso del tiempo.

            La creencia no suprime el envejecimiento. La vejez tiene su propia miseria. Cristo no nos las ha quitado, pero las ha transformado interiormente por medio de su muerte y resurrección.
La vejez es el momento de la última carrera (2 Tim4, 6); el tiempo en que el árbol sigue creciendo y dará sus frutos en la eternidad.
 Hay podar la planta y eso ocasiona dificultades, dolores, enfermedades, desilusiones.
 Ahora está creciendo bajo una lluvia amarga, la del llanto, y se está limpiando, purificando para la vida en su nueva tierra que es el cielo.
Cuando la planta está madura, Dios la transplanta al paraíso.
Ser mayor es reconocer el bien de la vida.
Entre los bienes más grandes que podemos agradecer se encuentran:
La vida, la salud, amistad, la lealtad, las enseñanzas de nuestros predecesores. Nuestros cuidadores

Es difícil ser agradecidos si

            No reconocemos las obras de los otros
            Lo que los otros nos han dado: amor, protección, talento, sabiduría.

La persona poco agradecida:
Encuentra defecto a todo
No reconoce los meritos ajenos

La persona mayor agradecida:
Disfruta de su dependencia
Es como volver a ser niño
Es vivir la libertad en medio de la esclavitud

Víctor Frank distingue en la búsqueda de sentido tres tipos de valores:

Valor de acción: dar sentido a través de lo que se hace ( de aquello que se pueda hacer).

Valor de relación: de amor, dar sentido a través de las interacciones y la significatividad de las personas con las que contactamos.

Valor de actitud o de soportación: dar sentido a la vida cuando se vive en la

Vivir sanamente la dependencia
Vivir sanamente el sufrimiento

Envejecer no es sinónimo de morir ni de inactividad

No se trata de negar  los años sino de mirar el camino recorrido, acoger los cambios, agradecer los progresos y poner acento en las posibilidades reales y posibles de que se dispone.

Hay una tendencia a valorarse por la juventud que se poseyó o que se experimente interiormente en lugar de valorarse por la vejez que se posee.

            Muchas personas no cumplen los 80 porque intentan durante demasiado tiempo quedarse en los 40.

            Hay que  continuar persiguiendo los fines que ha  dado sentido a nuestra vida:

Cuando somos mayores la soledad nos da miedo por los fantasmas que lo habitan.
El abandono, no tener a quien recurrir, la responsabilidad, el autoconcepto de nosotros mismos.

¿Que recursos se tiene para salir de la soledad?.desde la búsqueda de amistades, hasta el desarrollo de actividades domesticas, TV, radio, practicas religiosas, comunicaciones telefónicas, centro de mayores, actividades culturales, turísticas, de ocio.
Actividades de voluntariado
El Documento del  pontificio consejo para los laicos para personas mayores dice:
La experiencia que los ancianos pueden aportar al proceso de humanización de nuestra sociedad y de nuestra cultura es mas preciosa que nunca, los carismas propios de la vejez: gratuidad, memoria y sentido de la historia, la experiencia de vida acumulada, la interdependencia y una visión mas completa de la vida.


La tarea más primordial del anciano que se siente solo sería:
La de creer que lo que más vale no es lo que hace sino que su aparente pasividad e inutilidad puede convertirse en un verdadero valor: ser capaz de ser testigo de los valores humanos para las personas que le rodean.

Cultivar los valores de actitud: Dejarse querer
Construir una sociedad mas basada en el amor que en el eficientismo
Más basada en el ser que en el hacer
Vivir el presenteEs una oportunidad para recordar, sí, pero también para vivir el presente.
Es una oportunidad para regalar escucha
Escuchar es un arte
Dentro del silencio puede haber preocupaciones, miedos, Saber escuchar el silencio
Solo puede escuchar el silencio quien maneja sus propios sentimientos.








Antonio Floriano